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¿Por qué el mortero de cal vuelve a usarse en fachadas? Ventajas frente al cemento

Durante décadas, el cemento ha sido el material más utilizado para revocar y proteger fachadas. Pero en los últimos años, muchos profesionales de la construcción —sobre todo en rehabilitación y bioconstrucción— están volviendo a usar un material mucho más antiguo: el mortero de cal.

¿La razón? No es solo por tradición o estética, sino porque ofrece propiedades que lo hacen especialmente adecuado para fachadas, tanto en viviendas antiguas como en obra nueva.

¿Qué es el mortero de cal?

Es una mezcla compuesta por cal aérea o hidráulica, áridos y agua, sin necesidad de aditivos químicos. Su uso se remonta a siglos atrás y fue durante mucho tiempo el estándar en muros de piedra, ladrillo y tierra.

Hoy, con la recuperación de técnicas tradicionales y una mayor conciencia sobre la sostenibilidad y la salud en la construcción, la cal vuelve a tener protagonismo.

Ventajas del mortero de cal en fachadas

Transpirabilidad

A diferencia del cemento, la cal permite que los muros «respiren», facilitando el intercambio de vapor de agua. Esto reduce el riesgo de humedades internas, moho o desconchones.

Elasticidad y adaptación

La cal tiene un coeficiente de dilatación más bajo, lo que la hace más flexible frente a los movimientos estructurales.
Esto evita la aparición de microfisuras, muy frecuentes en revocos de cemento.

Resistencia natural al agua y al clima

Aunque es transpirable, el mortero de cal bien aplicado es impermeable al agua de lluvia.
Además, resiste bien climas extremos, incluyendo zonas húmedas, costeras o de gran amplitud térmica.

Efecto fungicida y antibacteriano

Su alto pH le otorga propiedades desinfectantes que ayudan a evitar la proliferación de hongos, algas y bacterias en la superficie de la fachada.

Estética atemporal

El acabado del mortero de cal es natural, mate y muy versátil: puede fratasarse, bruñirse o estucarse.
Encaja especialmente bien en entornos rurales, históricos o con valor patrimonial.

¿En qué casos es más recomendable?

  • Rehabilitación de viviendas antiguas: especialmente si tienen muros de piedra o materiales porosos
  • Fachadas con problemas de humedad interior
  • Proyectos de bioconstrucción o casas pasivas
  • Entornos históricos o rurales donde se busca integración estética y material

En resumen:

El mortero de cal es una excelente opción para fachadas exteriores, especialmente cuando se busca:

  • Un acabado transpirable y natural
  • Evitar fisuras y problemas de humedad
  • Un diseño coherente con entornos tradicionales
  • Mayor durabilidad y menos mantenimiento a largo plazo

Aunque no es la solución universal, en muchos casos supera al cemento en funcionalidad, sostenibilidad y estética. Y por eso está volviendo a ocupar el lugar que nunca debió perder.